En apenas la penumbra de un nuevo siglo, hablar de la década de 1890’s es referirse a una época nostálgica en la historia de EUA, donde las grandes fortunas y emporios industriales empezaron a crearse, en parte porque todavía no existía el impuesto sobre la renta, lo que permitió que los ricos y los arriesgados empresarios se hicieran todavía más ricos. Esta época de bonanza general, fue de gran ayuda al béisbol pues incremento los salarios de los peloteros –aunque aún muy lejos de los salarios que vemos hoy– y de los aficionados que podían pagar por una tarde de béisbol y cerveza durante el verano.
Es esta década la que nos regala uno de los equipos más inolvidables de todos los tiempos: los Orioles de Baltimore. El equipo, dirigido por Ned Hanlon (Salón de la Fama, 1996) incluiría héroes y leyendas como John “Mugsy” McGraw (tercera base), Hughie Jennings (campocorto), Wilbert “Uncle” Robinson, (catcher), Joe Kelley, “Wee Willie” Keeler (jardineros) y Dan Brouthers (primera base). Todos ungidos en el Panteón de los Inmortales, el Salón de la Fama del Béisbol. Los Orioles de los 1890’s ganarían tres veces el campeonato de forma consecutiva, quedando en cercanos segundos lugares en dos ocasiones.
Baltimore Orioles, 1895
Fuente: www.corbisimages.com |
Estos gloriosos Orioles se destacarían principalmente por su bateo, su ingenio y “colmillo” para jugar, a veces de forma mental y a veces a costa de lo que fuera, aún de los contrarios, ampáyeres o de las mismas reglas de decencia. Estos Orioles serían los que si bien no inventaron, si perfeccionaron estrategias como el bateo-y-corrido (hit-and-run) o de plano, innovaron con su peculiar “corte Baltimore” (Baltimore chop). El corte Baltimore consistía en posicionarse en la caja de bateo en posición de tocar la bola, pero de tal manera de que fuera un fuerte golpe a la pelota justo enfrente de la caja de bateo para lograr que la pelota simplemente rebotara. La idea es que la bola rebotara lo suficientemente alto para darle suficiente tiempo al bateador para llegar a primera base sin problema alguno.
Sin embargo, este peculiar y sin duda controvertido grupo de jugadores lograba sus hazañas no sin ayuda de otros personajes, como Tom Murphy, el cuidador del terreno de juego del parque Union, primera casa de los Orioles. Murphy, en conjunción con McGraw y otros, había modificado la grama del campo casi en su totalidad; desde las líneas de foul para hacer que los toques de bola quedarán dentro del terreno, como haber colocado una arcilla endurecida al frente de la caja de bateo para hacer más efectivo el corte Baltimore, así como colocar una solución jabonosa en la lomita para que los lanzadores contrarios, al tratar de secar sus manos del sudor del juego, perdieran efectividad al resbalarse la pelota de sus manos, entre otras jugarretas.
De este equipo de estrellas, sin duda quien más brillaría por sus excentricidades, pasión por el juego, calidad, eficiencia y carácter sería John “Mugsy” McGraw. El también llamado Pequeño Napoleón, por su diminuta estatura y fuerte temperamento irlandés, sería el ancla de este legendario equipo al usar todo tipo de tácticas para ganar una ventaja en el juego. Aprovechando que en aquella época solo había un solo ampáyer –y no 4 o 5 como hoy ocurre– McGraw y su pandilla hacían de todo para ganar, desde sujetar por el cinturón a los corredores en su paradero de la tercera base, hasta esconder pelotas en los jardines para evitar extra-bases como lo hacía Wee Willie Keeler.
John McGraw, 1899
Fuente: www.poorwilliam.net |
Una de esas tácticas, antes de que se volviera marca registrada por Tyrus “Ty” Cobb, fue afilar los tachones de sus zapatos. Esta “lindura”, atribuible a McGraw no era solo para intimidar a sus rivales, sino para intimidar a los ampáyeres por igual.
La calidad de McGraw, sin embargo, no era obra de la casualidad. Debido a su pequeña estatura y determinación, en alguna ocasión, antes de que los fouls fueran considerados como strikes, McGraw fue capaz de batear 24 bolas de foul… consecutivamente. Esta habilidad de conocer la zona de strike la conservo toda su vida. Incluso, en 1930, a la edad de 56 años, ya como experimentado manager, en los entrenamientos de primavera repitió su hazaña con “sólo” 56 lanzamientos de foul.
Otras hazañas de este equipo incluyen la racha de 45 juegos consecutivos dando de hit por parte de Wee Willie Keeler en 1897, que perduró hasta la mítica racha de Joe DiMaggio en 1941. Es precisamente Keeler quien diría una frase para la posteridad: “Batealas para donde no están” (“Hit ‘em where they ain’t”), que ejemplificaba a la perfección su forma de ver el juego.
En una época donde todavía existía la multipropiedad, esto es, un dueño de dos o más equipos, el manager Hanlon, junto con Keeler, Jennings y Kelley fueron cambiados a los Brooklyn Superbas, por decisión del dueño, al final de un peleadísimo segundo lugar en la temporada de 1898. McGraw y Robinson, amigos de por vida –tan amigos, que compraron casas contiguas en Baltimore y emprendieron negocios juntos – se quedaron en Baltimore en la temporada de 1899, donde tendrían un terrible año llegando solo al cuarto lugar.
Es en 1899, donde la Liga Nacional eliminaría cuatro equipos, entre ellos a los Orioles de Baltimore. Por su carácter indomable y sobre todo, afición a las carreras de caballos –probablemente su segundo gran amor– McGraw se quedo en Baltimore y ayudo a crear una versión nueva de los Orioles de Baltimore pero para la naciente Liga Americana. Estos nuevos Orioles solo durarían dos años en Baltimore, antes de cambiar de sede y de nombre y dar paso a los Highlanders de Nueva York, origen de los Yankees de Nueva York, que nacían ya en nuevo siglo.
Otros jugadores notables:
Hugh Duffy - OF, Boston Beaneaters
Billy Hamilton - OF, Philadelphia Phillies
Ed Delahanty - 2B/OF, Philadelphia Phillies
Jesse Burkett - OF, Cleveland Spiders
Denton True "Cy" Young - SP, Cleveland Spiders
Amos Rusie - SP, New York Giants
Charles August "Kid" Nichols - SP, Boston Beaneaters
Siguiente post:
1901 – 1910: Bola Muerta: Deadball Clímax
No hay comentarios:
Publicar un comentario